miércoles, 3 de abril de 2013

EL DESARROLLO DE LA AUTONOMÍA, LA RESPONSABILIDAD Y EL ACOMPAÑAMIENTO DEL DOCENTE EN UN AMBIENTE DE APRENDIZAJE MEDIADO POR TIC


“La mediocridad en un estudiante con lleva a que estos hagan lo que el docente quiera” pérdida de virtudes.
Tomada de razvanvsfran.blogspot.com

Según Paulo Freire (1997) enseñar exige respeto a los saberes de los educandos, enseñar exige reflexión crítica sobre la práctica, enseñar exige respeto a la autonomía del ser del educando, enseñar exige la convicción de que el cambio es posible…

Nuestro papel como docentes antes que transmitir conocimientos debe ser enseñar a nuestros estudiantes a pensar correctamente, esto es, motivarlos a desarrollar el pensamiento crítico y reflexivo que los conduzca a decidir cómo actuar ante ciertos hechos que se presentan y cuándo tomar la decisión más acertada.

No se trata de poner nuestras ideas en las mentes de los estudiantes, sino por el contrario dejarlos ser dentro de los límites de una sana convivencia y en concordancia con el mundo circundante.

Si una persona es autónomo en la toma de decisiones, es responsable entonces de las consecuencias de sus actos sean bueno o malos. Pero no es una situación que se aprende de la noche a la mañana, se trata de un proceso marcado por etapas al igual que la vida misma. No podemos pretender entonces que un estudiante desarrolle su autonomía y sea responsable si esto no se va trabajando poco a poco desde el hogar y es reforzado durante su trasegar en el mundo escolar.

Es tarea entonces del docente que construye el ambiente de aprendizaje, brindar las herramientas necesarias a los estudiantes que les permita tomar la iniciativa en una búsqueda constante de información, para que esto posibilite en los ellos la construcción de conocimientos mediante una interacción dialógica permanente, activar su curiosidad, ser creativos, establecer vías de comunicación con otros y conocer otras realidades que antes eran desconocidas para ellos (se enseñen unos a otros).

Para esto es primordial que el docente esté en interacción permanente con el estudiante, retroalimentando su proceso, que el estudiante sienta la compañía del docente para que su motivación continúe, que se pueda dar cuenta que sus ideas son enriquecedoras dentro de dicho proceso y de la evolución que ha tenido en dicho campo.

El educador debe tener, a la vez, rigor y elasticidad para no ahogar la autonomía. El principal obstáculo que podría presentarse para el desarrollo de las personas es la pasividad de la gente. Resulta más fácil limitarse a transmitir información, dirigir los aprendizajes, que promover un espíritu activo a través de actividades que sean estimulantes para los alumnos, y que, principalmente, produzca, en los docentes, la convicción de que se ha logrado producir, aunque sea, una pequeña transformación en sus alumnos (Narváez, s.f, p. 11)

Referentes bibliográficos

Freire, P. (1997). Pedagogía de la Autonomía: Saberes Necesarios para la Práctica Educativa. Siglo XXI editores. Recuperado de: http://books.google.es/books?hl=es&lr=&id=OYK4bZG6hxkC&oi=fnd&pg=PA7&dq=autonomia&ots=f4Fis_emDX&sig=ZPGNL8bEQqxR7KczUwFWWovK7K8

Narváez, M. (s.f). Autonomía para aprender y autonomía para vivir. Recuperado de: http://doctic6.pbworks.com/w/file/fetch/63316520/autonomia_para_aprender_autonomia_para_vivir.pdf

Zabalza, M. (s.f). Recuperado de: http://www.youtube.com/watch?v=MoOt8H-i_W0

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